¿Alguna vez te has preguntado cómo influye el ambiente que nos rodea en la salud? En este artículo te vamos a ayudar a contestar esta pregunta, la cual se vuelve una duda principal sobre todo en los momentos cuando se tiene la oportunidad de adquirir una nueva casa. Además, nos concentraremos en el caso de las montañas, ¿de verdad es uno de los mejores lugares para vivir, desde el punto de vista de la salud?
Tipos de ambiente
El primer paso es distinguir entre los diferentes tipos de ambiente que existen. A pesar de que la idea generalizada al pensar en ambiente es en la naturaleza y la calidad del aire que nos rodea, este concepto es mucho más profundo.
Ambiente físico-químico: Este ambiente se compone del tipo de suelo, calidad del aire, agua, variedades de alimentos, posibles patógenos y clima que integran un lugar.
Ambiente biológico: El ambiente biológico se compone de todos los seres vivos no humanos que viven en un punto geográfico, desde aquellos que solo pueden ser vistos con ayuda de un microscopio hasta los grandes árboles o animales que lo habitan.
Ambiente social. El ambiente social se reconoce a través de todas las actividades humanas que se realizan en un lugar, el tipo de dinámicas que tienen sus habitantes, niveles de urbanización, acceso a servicios, etc.
Cabe destacar que estos tres niveles de ambiente no son excluyentes, sino que se retroalimentan y conviven en todo momento.
¿Ciudad o montaña? ¿Cuál de estos ambientes es mejor para ti?
Sin duda alguna, la ciudad y la montaña son dos de los ambientes sociales más conocidos. Ambos ofrecen ventajas claras al estilo de vida de cada persona y también se diferencian entre sí por algunas características. A continuación te contamos algunas de dichas características y cómo se viven, ya sea en la montaña o en la ciudad.
Altitud
Estudios recientes han identificado que la población que vive en las montañas tiende a mantener un peso saludable. Antes se pensaba que se debía a un mayor acceso a rutas para caminar o andar en bicicleta, pero recientemente se han realizado estudios en los que se ha identificado la importancia de la hormona de la leptina, la cual se encarga de regular el apetito y suele estar más activa –disminuyendo los niveles de hambre- en las personas que viven en lugares con mayor altitud.
- Ciudad. Si bien hay ciudades como La Paz (Bolivia) o Cusco (Perú) que se construyen en altitudes mayores a los 3 mil metros sobre el nivel del mar, lo más común es encontrar ciudades por debajo de dicha altitud, lo que podría disminuir la actividad de la hormona leptina de sus habitantes.
- Montaña. Por su propia naturaleza, al vivir en las montañas se habita un espacio que está alejado del nivel del mar, lo que podría significar que sus habitantes tienen una mayor actividad de leptina y, por lo tanto, menos apetito.
Expectativa de vida
Al hablar de expectativa de vida se tiende a pensar que la playa es el mejor ambiente, sin embargo, un estudio publicado en el Journal of Epidemology & Community Health arroja datos que señalan a las montañas como un lugar que puede extender la edad de sus habitantes. De acuerdo a los resultados, la expectativa de vida en las montañas es mayor entre 1.2-3.6 años para los hombres y 0.5-2.5 años para las mujeres.
- Ciudad. El estilo de vida estresante de las ciudades es un factor que afecta en la expectativa de vida de las ciudades. A esto hay que sumar altos niveles de contaminación que impactan en el sistema respiratorio.
- Montaña. Las montañas cuentan con un estilo de vida que contribuye a la disminución del estrés, además, al estar en mayor contacto con áreas verdes, los niveles de contaminación se mantienen bajos.
Ruido
Los ruidos naturales como el canto de las aves o las corrientes de agua son un elemento que beneficia a la salud humana, al menos así lo demuestra un estudio dirigido por la bióloga Rachel Buxton. En este se encontró que los ruidos de la naturaleza afectan positivamente en la presión arterial, mejoran la actividad cognitiva e incluso disminuyen el dolor.
- Ciudad. Los sonidos naturales tienden a desaparecer en las ciudades ante el ruido de los vehículos, construcciones y el propio bullicio de la población, por lo que estos beneficios difícilmente son palpables en los citadinos, a menos que vivan cerca de parques o áreas naturales.
- Montaña. Las montañas son ricas en sonidos naturales gracias a que la urbanización tiende a ser menor, por lo que es posible seguir escuchando animales y a la propia naturaleza.
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